Nunca vi un proyecto con un impacto tan positivo y tan claro en los niños y además con un efecto de manera inmediata. Todo el día Michelle no pensaba en nada más que en hacer buenas acciones, en shalomear contagiando a toda la familia. 

Michelle pensaba que ya sería una clase fija y se puso muy triste cuando le avisaron que fue solo por una semana y que ya habían terminado las clases de shaloming. 

Realmente quiero felicitarlas por tan increíble proyecto e inspirar las para que sigan adelante.  Esto debería de ser un curso obligatorio en cada escuela judía y más aún en escuelas religiosas con tora donde se habla siempre de las Midot.   Ojala puedan brindar seguimiento, después de una semana tan inspiradora, deberían de dar por lo menos 1 hora semanal para poder seguir inyectando fuerza e inspiración en los niños